jueves, 14 de mayo de 2015

“Póngame una tapa y una caña, por favor”

Esta ha sido la frase más escuchada en los 23 bares y restaurantes burgenses que han participado en la 9ª Degustación de Tapas Micológicas de Primavera en el Burgo de Osma durante los días 8, 9, y 10 de mayo. La creatividad de los platos, su característico sabor y el buen tiempo han propiciado una gran afluencia de público que ha ido degustando por los distintos bares de la localidad las exquisitas recetas que han ofrecido los hosteleros de la villa episcopal. La cafetería "El Rincón de Acosta" se ha alzado con el triunfo final con su tapa "Cigarrillo de setas con cremoso de Boletus" dejando en segundo y tercer lugar al bar "Tinto y leña" y al hotel "Virrey Palafox".
Tapa ganadora: "Cigarrillo de setas con cremoso de Boletus" de la cafetería Rincón de Acosta

Transcurría la tarde del viernes 8 de mayo y los hosteleros de la localidad de El Burgo de Osma ultimaban los preparativos para ofrecer sus tapas micológicas a los jueces del concurso y a los clientes que pasarían por el bar durante el fin de semana. Los Boletus Edulis,  las trompetillas, los perrechicos o las trufas entre otros hongos eran los protagonistas de estas recetas más propias de la alta cocina que de un bar o cafetería.  El objetivo estaba claro, tenían que preparar la tapa que más gustara a la gente y a los jueces para así llenar el recinto, maximizar las ventas y, lo más importante, para hacer publicidad del bar. No lo iban a tener fácil, había otros 22 participantes dispuestos a ofrecer una tapa mejor que la anterior. La batalla estaba a punto de comenzar, una competición que alcanzaba la 9ª edición, la más numerosa en cuanto a participantes se refiere.

Comenzaba a caer el sol y los primeros valientes ya se iban acercando a degustar las tapas, ya no había vuelta atrás, las cartas estaban sobre la mesa, o, mejor dicho, los platos. No importaba las ventajas que tuviera el bar, ni su fama, ni los productos que ofertaba normalmente, los ojos de los clientes solo miraban hacia un sitio, las tapas micológicas. La consumición que acompañaba a cada pincho era secundaria, la gente iba a por las setas, no a por el vino o la cerveza que se asociaba. Los bares comenzaban a llenarse y los camareros no daban abasto para ofrecer la tapa a cada consumidor que se acercaba a la barra. Daba igual que fuera la 9ª edición, que mucha gente recolecte setas y las cocine en casa o que no se sea muy partidario de ir a bares, las tapas había que probarlas. No había mucho tiempo, la oscuridad de la noche cubría el cielo pero los paladares de los mas tempraneros ya habían degustado esos primeros pinchos ante la mirada fija de los hosteleros que pensaban, ¿les habrá gustado?, ¿recomendarán mi plato a otras personas para que se acerquen a probarlo?. Finalizaba así el primer día de las jornadas, un primer día corto pero intenso en el que los jueces hacían las primeras valoraciones sobre las tapas degustadas. Hosteleros y jueces tenían que reponer fuerzas para afrontar un largo y estresante sábado.

El sol comenzaba a calentar a mediodía como si un día de verano se tratase y ya empezaba a haber movimiento por las calles y bares del municipio burgense. Los hosteleros ya estaban preparados para afrontar el día mas duro de las jornadas mientras los jueces trazaban su hoja de ruta por los distintos establecimientos para conseguir probar las 23 tapas antes de la tarde del domingo. Según iba avanzando la mañana el movimiento de la gente por los bares se iba incrementando, llegando hasta el punto de llenar los recintos y las terrazas. Los camareros no paraban ni un segundo, las tapas estaban siendo un completo éxito. Tras una jornada matinal más longeva y multitudinaria de lo normal se llegaba a la tarde-noche con la satisfacción de haber hecho ya lo más difícil. La actividad con respecto a la mañana decayó un poco pero los jueces y un amplio número de personas seguían degustando esos pequeños manjares por los bares de la localidad hasta bien entrada la noche.

Se llegaba así a la jornada dominical, en la que los jueces degustaban las ultimas tapas que les faltaban y los recintos ofrecían los pocos platos preparados que les quedaban por vender. La agradable temperatura hizo, al igual que el día anterior, que la gente se animara a tomar otros pinchos recomendados por amigos o a repetir las más exitosas de la jornada del viernes o del sábado.

Concluía así la 9ª degustación de tapas micológicas de primavera, unas jornadas cortas pero intensas en la que la gente ha inundado los 23 establecimientos participantes para probar los platos elaborados con setas de la provincia y en la que todos han resultado satisfechos, los hosteleros por la cantidad de gente que ha visitado su bar durante estos tres días y los clientes por poder degustar las exquisitas y variadas tapas compuestas por setas primaverales. Comienza ahora la cuenta atrás para una nuevas jornadas micológicas, aunque habrá que esperar hasta la recolección de las setas de otoño.

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